El comercio entre México y Estados Unidos continúa con su racha positiva pues, de acuerdo con cifras del Banco de México, durante septiembre del año presente, las exportaciones hacia Estados alcanzaron niveles no vistos en 17 años. En 2015, el 80.7% de las exportaciones iban hacia Estados Unidos, para este último mes la cifra escaló a 82.7%, Adicionalmente, si se consideran sólo las exportaciones no petroleras, la proporción de envíos a Estados Unidos escala a 83.2 por ciento.
Estas cifras positivas encuentran su origen en dos fenómenos actuales que han impactado el intercambio comercial entre las dos naciones. Por un lado, la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha derivado en la búsqueda de socios comerciales que se alineen a la política comercial del primer país, siendo México una de las opciones más viables debido a la proximidad y a los lazos comerciales que se han forjado desde tiempo atrás.
Por otro lado, ante los conflictos geopolíticos como la guerra entre Rusia y Ucrania -y actualmente el conflicto en la Franja de Gaza- que afectan directamente las cadenas de suministro globales, el fenómeno del nearshoring o relocalización de empresas se convierte cada vez más en una respuesta asequible para el comercio estadounidense. De esta manera, el nearshoring se ha traducido en un incremento del intercambio de productos y bienes entre México y Estados Unidos.
En este sentido, de acuerdo con información presentada por la Oficina del Censo de los Estados Unidos, México se consolidó como el primer socio comercial y proveedor de dicho país en el primer semestre del 2023, pues de todo el comercio internacional de productos que realizó la economía estadounidense durante la primera mitad del año, nuestro país tuvo una participación de 15.7%, seguido de Canadá (15.4%) y China (10.9 por ciento).
