El huracán Otis -que la semana pasada golpeó la costa de Guerrero- ha dejado muchas lecciones para el comercio y la logística internacional al poner sobre la mesa el impacto que el cambio climático puede tener sobre estas dos áreas. Respecto a ello, el titular de la Asociación de Terminales y Operadores Manzanillo (Astom), José Antonio Contreras, explicó que esta situación debe tomarse como señal de alarma para todos los puertos del país -desde aquellos que tienen vocación comercial-turística hasta los industriales-logístico- ante las nuevas tormentas que se están generando como consecuencia del cambio climático.
Para el caso de los puertos industriales, tipo Manzanillo y Lázaro Cárdenas, se debe aceptar que se han caído en nuevos niveles de riesgo y, por ende, los protocolos de seguridad y prevención deben ser un tema constante. “Las terminales en general y sobre todo las que estamos en el Pacífico estamos lamentablemente acostumbradas a las tormentas, pero no de esos niveles. Tenemos que entender que hay que estar continuamente revisando estos protocolos, tanto internamente como con la autoridad”, comentó.
Contreras explicó que si Otis hubiera llegado con sus vientos de 300 kilómetros por hora a Manzanillo, y no se hubieran implementado medidas de prevención, la actividad portuaria logística del destino se hubiera colapsado, colocando a México y a su actividad comercial en un “predicamento”. “No quiero imaginar que un puerto como Manzanillo estuviera parado dos meses por un evento como este, sería un impacto absolutamente altísimo para la economía del país”, mencionó.
Aunado a ello, otra de las infraestructuras clave que se vio afectada por el huracán fue el Aeropuerto de Acapulco que, a pesar de que presentó algunos daños en el edificio de la terminal, reinició operaciones de rescate el día 27 de octubre, tan sólo dos días después de que Otis tocara tierra. La terminal, que es una de las más importantes para el país en cuestión de movilidad pasajera, aún no ha sido evaluada en términos de daños.
“Aún tenemos contacto intermitente con Acapulco y sabremos el impacto de los daños en los siguientes días”, afirmó Ricardo Dueñas, director general del Grupo Aeroportuario del Centro Norte (OMA), grupo que opera el aeropuerto.
