
De acuerdo con informes del INEGI, el autotransporte de carga en México aportó el 3.3% del PIB nacional durante el 2020. La industria se posiciona como una de las principales para el país debido a su dinamismo y alta demanda que generan las actividades económicas que dependen de ella. Sin embargo, desde que inició la pandemia, las aportaciones se redujeron y fue haciéndose cada vez más irregular debido a las restricciones, variaciones de precios del combustible, escasez de equipo y operadores, entre otras.
Para el comercio exterior, el autotransporte es clave, pues aporta y sostiene enormemente el flujo de mercancías para los movimientos de importación y exportación. Generalmente se opta por este tipo de transporte debido a que cubre las principales rutas comerciales hacia la región norteamericana, fortaleciendo los lazos comerciales y estratégicos.
Durante el 2022, los problemas que aquejaron a la industria en los inicios de la pandemia se hicieron muy evidentes, pues el autotransporte aún no recuperaba en su totalidad sus niveles previos a 2019, cuando comenzaron a adicionarse diversas dificultades. Uno de los retos a los que ha tenido que adaptarse el sector, fue la implementación del complemento Carta Porte en la operatividad diaria, disposición que lleva más de un año postergando la obligatoriedad total con sanciones y multas, debido a que es un desafío complejo para el transporte de carga terrestre en específico.
Si bien ya era una industria a la que se le solicitaban múltiples requerimientos, poco a poco se fueron profundizando y haciéndose más grandes. Por ello, el sector de carga de todo el país enfrenta una sobrerregulación, pues deben cumplir con permisos que demandan inversión de tiempo y dinero. Es importante que se empiecen a tomar en cuenta las necesidades reales de los transportistas y se entienda cómo funciona su actividad, con la finalidad de homologar los requerimientos a nivel nacional y reducir o facilitar los trámites, permisos y licencias para poder transitar correctamente.
Asimismo, es indispensable considerar la implementación de programas de capacitación a los operadores del transporte de carga terrestre, principalmente abarcando áreas en materia de seguridad y prevención de siniestros, pues es otra de las vertientes que ha impactado. De esta manera incrementan las áreas de oportunidad y se mejora la competitividad a nivel nacional frente a otros países.
Recientemente se puso en marcha el proyecto Aviso de Cruce (AVC) por parte de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), que pretende facilitar, agilizar y digitalizar los procesos de importación y exportación realizados mediante el autotransporte de carga que ingresan al recinto fiscal de mercancías. Los objetivos principales son modernizar al transporte, simplificación y homologación de los procesos, reducción de tiempos y saturación en las aduanas. Aunque es una medida que sin duda se posiciona como un avance para el sector, existen muchas inquietudes por parte de los actores involucrados con respecto a su uso e implementación, y se añade otro tema a la agenda de sobrerregulación del transporte.
El autotransporte de carga debe cumplir con todas las solicitudes que realicen las instituciones correspondientes, la demanda del mercado y las tendencias globales, siempre y cuando sea con la intención de mejorar y mostrar resiliencia a nivel nacional, regional e internacional, cumpliendo todos los requerimientos que las grandes fuerzas tecnológicas exigen para no rezagarse y ser competitivos en todo momento. No obstante, es necesario que las autoridades entiendas y se involucren más con la operatividad real para evitar la sobrerregulación y hacer que cualquier disposición no impida el desenvolvimiento y crecimiento de la industria.
Estudió la carrera de Relaciones Internacionales por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México, con inclinación hacia el ámbito profesional de comercio exterior y logística, con un amplio interés en las ramas de agenciamiento de carga, innovación y tendencias en el comercio.