El corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec es un megaproyecto de iniciativa de asociación público-privada que pretende integrar la prestación de servicios de administración portuaria que realizan las entidades competentes en los Puertos de Coatzacoalcos, Veracruz de Ignacio de la Llave y de Salina Cruz, Oaxaca. Además, se planea una interconexión ferroviaria entre los puertos, a fin de contribuir al desarrollo de la región del Istmo de Tehuantepec mediante el fomento al crecimiento económico, productivo y cultural.
El desarrollo de infraestructura, en el corredor interoceánico, le brindará potencial al Istmo de Tehuantepec como una ruta alternativa en el traslado de mercancías dentro del comercio mundial. Principalmente, destaca el impacto positivo que tendrá en la relación comercial con Estados Unidos, pues reducirá los tiempos de navegación hacia la costa este y la costa del golfo de Estados Unidos.
Además, Rafael Marín Mollinedo, quien es el Director General del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, considera que gracias a la posición geoestratégica del Istmo para impulsar la dinámica económica local y que también puede aprovecharse este posicionamiento para competir en los mercados mundiales de movilización de mercancías. En ese sentido, el Corredor Multimodal Oceánico fungirá como una plataforma logística que promoverá la conectividad de Norteamérica con Sudamérica, Asia y Europa, al mismo tiempo establecerá condiciones para detonar la inversión privada.
Por otro lado, como detonante del desarrollo de la economía local, la creación del corredor se propone en beneficio de la población más vulnerable de la región mediante el diseño de un modelo de desarrollo local basado en la atracción de inversión privada, la construcción de un gasoducto para el abastecimiento de empresas y consumidores locales, la generación de empleos y la extensión de una red de fibra óptica para fortalecer la conectividad digital de la región.
En tal sentido, el corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec no solamente impulsará la economía local y regional, sino que también constituirá un factor de dinamismo para el comercio exterior mexicano. Cabe destacar que el Corredor estará compuesto por dos puertos de carga y descarga de mercancías, que podrán transitar al Pacífico y llegar al mercado asiático; o transitar al Golfo e impactar no sólo a Estados Unidos, también a los mercados europeos.