Los procesos que hacen posible las actividades logísticas y de comercio exterior necesitan transformarse con mayor velocidad. Las soluciones perfiladas a cubrir diversos aspectos que han afectado a la industria en los últimos dos años se enfocan, principalmente, en acortar tiempos, distancias y reducir costos para compensar pérdidas generadas en el punto más álgido del detenimiento a la actividad comercial.
En este sentido, se ha popularizado un concepto para hacer frente a ciertas deficiencias productivas y de distribución de commodities, pues la escasez ha sido un reto tanto para importadores y exportadores como para operadores logísticos, quienes han tenido que reducir sus ganancias para poder mantener ciertas tarifas con sus clientes, así como lidiar con tiempos de espera y tránsito muy largos.
Se requiere una propuesta dual capaz de resolver la escasez y la ralentización de las cadenas globales de suministro. Para ello, el Nearshoring se posiciona como la alternativa de los países que intenta optimizar todos los recursos en el menor tiempo posible. Ahora bien, ¿qué es el Nearshoring? Cuando una empresa transfiere una parte de su producción a terceros en diferentes zonas geográficas, aunque pueden compartir zonas horarias similares o no estar demasiado alejados entre sí.
La finalidad es poder externalizar la producción en otros países para evitar barreras enfocadas en traslados y disminuir obstáculos legales, situaciones que suelen demorar las operaciones. El Nearshoring permite mejorar todos los aspectos productivos y mejorar la logística, al tiempo que focaliza los esfuerzos en el cliente para mejorar las experiencias de compra. Las constantes interrupciones en las cadenas logísticas son parte de un efecto dominó, donde los centros productivos se vieron afectados por falta de personal, impactando en la cantidad de stocks y, por lo tanto, provocaron secuelas difíciles de resolver.
A nivel nacional, México se muestra como un país con todas las capacidades para ser un ejemplo de Nearshoring en la región, pues la intensidad de su comercio y cercanía geográfica con Estados Unidos (EE. UU.) lo posiciona como un centro ideal. Casi el 50% de las importaciones mexicanas provienen del vecino norteamericano, además las tensiones comerciales entre EE. UU. y China abren paso a que México sea el aliado ideal para el Nearshoring estadounidense.
Convertirnos en este centro productivo visibiliza ventajas que pueden impulsar nuestros mercados y, en general, el desempeño comercial y logístico. Además, contamos con cadenas eficientes y mejoramos cada vez más los estándares de seguridad mediante certificaciones, así como niveles de desempeño óptimos en las mayores industrias que demanda el mercado nacional e internacional.
En este sentido, el Nearshoring se convierte en la herramienta aliada del comercio mundial que permite despejar preocupaciones relacionadas a los tiempos de abasto y suministro, posibilitando recuperar los niveles de stock para reincorporar el ritmo de la logística a niveles pre pandémicos. Así, se incentivan también los niveles de inversión para cualquier país que apueste por esta nueva alternativa, posicionándolo con ventajas competitivas debido a que se mejorará la infraestructura industrial y logística.
No obstante, también debe tomarse en cuenta que México se encuentra en una coyuntura que tiene aprovechar que para potencializarse en el mercado mundial, pues de no hacerlo podría perder una oportunidad muy valiosa. Uno de los factores principales corresponde a que la recuperación económica nacional ha perdido impulso y otras economías intentarán apostar por el Nearshoring como fuente de prosperidad a raíz de la reorientación de las cadenas globales de suministro.
Así, es posible tomar ventaja de esta fricción logística como una posibilidad de revertir el probable receso logístico que se ha acumulado a través de los años. Estamos frente a un desafío que, de actuar correctamente, logrará traer enormes beneficios económicos para el país. En caso contrario solo habrá sido una posibilidad muy latente, pero mal encausada.
Estudió la carrera de Relaciones Internacionales por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México, con inclinación hacia el ámbito profesional de comercio exterior y logística, con un amplio interés en las ramas de agenciamiento de carga, innovación y tendencias en el comercio.