El transporte de carga es uno de los sectores que más ha evolucionado en los últimos años, además los patrones de consumo de las personas cambiaron drásticamente, optando cada vez más por el comercio electrónico, dando lugar a un crecimiento exponencial, no solo en México, sino en todo el mundo. Por ende, la demanda al autotransporte de carga también aumentó, llegando a mover hasta al 90% de la carga doméstica del país, estableciéndose como uno de los sectores más importantes para la economía mexicana.
Hay que tomar en cuenta los múltiples retos que el transporte de carga enfrenta. El principal de ellos es la inseguridad, ya que incluso, como consecuencia de esta, ocurre una crisis por falta de conductores y operadores en el país. Los registros señalan que ocurren alrededor de 4,500 incidentes por trimestre y 18, 000 por año, lo cual es una cifra alarmante.
Otro aspecto que considerar son los accidentes de cada año en vehículos pesados que, según el “Anuario Estadístico de Colisiones en Carreteras Federales 2020”, de los 3,245 vehículos pesados de carga que provocaron un accidente este año en el país, el 65% de ellos intervino el factor humano. Este anuario fue realizado por el Instituto Mexicano del Transporte (IMT), y según la dependencia, en el 29% de los casos, el causante principal, fue un camión, tractocamión, o autobús.
El estudio revela que una de las principales causas que posicionan al conductor como culpable de los accidentes es ir a exceso de velocidad, imprudencia al volante, manejar con sueño, invadir carriles, entre otras. La segunda causa por la que se suscitan estos accidentes son las condiciones del vehículo, que representan el 15% de los accidentes, debido a fallas mecánicas, problemas en los frenos, falta de mantenimiento, fallas eléctricas, etc.
Finalmente, las causas naturales y aspectos relativos a condiciones del camino como la lluvia, niebla, vientos fuertes, pavimento resbaloso, animales que se atraviesan en el camino, errores de señalización, objetos que obstruyen el paso, etc. Sin duda México debe reforzar la infraestructura, prácticas y capacitaciones enfocadas a salvaguardar el ritmo de esta industria, pues aporta mucho a la dinámica económica comercial.
