
El buque portacontenedores Ever Given, que encalló el pasado 23 de marzo en el Canal de Suez, logró este lunes ser liberado parcialmente de la parte trasera del mismo, dejando libre una de las orillas del canal. El anuncio del reflotamiento parcial llegó después de que el viernes se lograse por primera vez un significativo progreso en la zona de popa del buque que permitió liberarlo del banco de arena, incluido el timón.
Equipos de Egipto y Estados Unidos, China, Grecia y Emiratos Árabes Unidos, quienes se habrían ofrecido en principio para las maniobras de rescate, han estado trabajando sin parar para tratar de reflotar el barco. La operación involucró a 10 remolcadores, dragas de arena y empresas de salvamento; el trabajo se ha enfocado en dragar arena desde debajo de la parte delantera y trasera del barco, antes de tirar del barco con remolcadores.
El nivel de importancia que este suceso representó a nivel internacional fue tan grande que, las autoridades tenían un plan de contingencia para el peor de los escenarios. En un inicio se contemplaba liberar parte de la carga a bordo del Ever Given, algo que hubiera requerido alargar el plan de rescates días o incluso de semanas debido a su complejidad, y que seguiría repercutiendo aún más el comercio mundial y la economía de Egipto, sobre todo.
El Canal de Suez es una de las vías fluviales más transitadas e importantes del mundo, en él se traslada aproximadamente el 12% del volumen del comercio mundial, con un tránsito promedio de 51.5 barcos por día. Por esta razón, la operación de rescate se intensificó tanto en urgencia como en atención internacional, debido a que alrededor de 369 embarcaciones se encuentran en espera de tránsito por esta vía.
Las pérdidas que este incidente ha causado se estiman entre 14 y 15 millones de dólares por día en tarifas de tránsito y una retención por día de unos 9 mil millones de dólares para el comercio mundial. Al quedarse varadas distintas embarcaciones, 98 graneleras, 96 contenedores y 35 transportan petróleo, se han puesto en riesgo las cadenas de suministro a nivel internacional; por lo que antes de la liberación del buque, algunos barcos optaron por desviar su viaje alrededor del Cabo de Hornos para evitar el canal, siendo esto más tardado y costoso.
A pesar de que las operaciones realizadas por las autoridades del Canal se consideran un avance significativo, no se traduce en reanudar de forma inmediata el tránsito, pues se estiman 10 días adicionales para hacer frente a la acumulación de barcos que esperan cruzar el Canal. Esta cuestión ha ocasionado los retrasos en las entregas, impidiendo el regreso de los contenedores vacíos y agravando la escasez de contenedores causada por las interrupciones del transporte marítimo derivadas de la pandemia.
