El pasado miércoles 20 de enero de 2021 oficialmente tomó la presidencia de los Estados Unidos el demócrata Joe Biden, lo cual significa grandes retos para México, debido a los compromisos firmados en el T-MEC y que están por cumplirse. La Administración de Biden estará presionada por tres temas urgentes que son, la evaluación del Acuerdo con China, la renovación de la Autoridad de Promoción Comercial (TPA) y reactivación de negociaciones con Unión Europea, cuestiones que repercutirán en el acuerdo con México y Canadá.
La administración del demócrata buscará la reactivación económica, en donde se priorizará sobre el cumplimiento en temas en materia laboral, de protección del medio ambiente, propiedad intelectual y otros compromisos internacionales. Desde diciembre del 2019, los firmantes del T-MEC acordaron una modificación del texto original donde se preveían cambios respecto dichos temas, aunado a la solución de controversias, y requisitos de acero y aluminio en las reglas de origen de la industria automotriz.
Si bien México ha tenido algunos retrasos en la presentación de programas de estos temas, han logrado ser sólidos y firmes en cuanto creación de soluciones, se deberá cumplir con compromisos y se buscará la forma de hacerlo cabalmente. Al llegar a los acuerdos en las materias a reformar, los sectores más fortalecidos serían el de manufactura, vehículos, camiones, autopartes, entre otros, aunque antes de la llegada de Joe Biden no se había beneficiado a las empresas mexicanas.
A pesar de que, entre México y Estados Unidos existe un fuerte dinamismo en exportaciones, la economía estadounidense se ha inclinado cada vez más a una apertura con China; cuestión que se denota en el interés del presidente Biden en lograr un mejor acuerdo con el país asiático. Dicho acuerdo está vigente desde el 14 de febrero de 2020, donde se incluye compromisos de China para comprar 200,000 mdd en bienes manufacturados, servicios, productos agrícolas y energía durante los próximos dos años a EE. UU.
México ha tenido una ventaja frente a la economía asiática, no obstante, China logró posicionarse como el primer socio comercial con EE. UU., aún en el gobierno de Donald Trump, por lo que se necesita un mayor esfuerzo del gobierno mexicano. Se ha apostado a que el comercio sea más amplio gracias al T-MEC creando una dinamización en la economía interna, por lo que está una buena relación en puerta donde la institucionalidad va a ser la punta de lanza entre México y Estados Unidos.
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