Efectos del nuevo escenario post-Brexit

Efectos del nuevo escenario post-Brexit

Han pasado poco más de 4 años desde que el Reino Unido celebró el referéndum que anunciaba el deseo de la mayoría de su población de ya no querer formar parte de la Unión Europea (UE). Después de prolongar el plazo para culminar el proceso en tres ocasiones para el abandono oficial de la UE, en febrero de 2020 dejó de formar parte del bloque, pero se consolidó hasta el 31 de diciembre del mismo año; haciendo efectivo el término de toda relación a partir del 1° de enero del 2021.

Aunque Desde 2019 comenzaba a haber un desprendimiento notable en términos comerciales y económicos de Reino Unido con la UE, los ciudadanos, empresarios y múltiples figuras y analistas de la situación confesaban no notar secuelas demasiado graves o avasalladores. Sin embargo, desde mediados de 2020 esta perspectiva comenzó a cambiar. Recordemos que los cambios en materia aduanera y fiscal tienen consecuencias en particulares y empresas en su manera de relacionarse con el país.

¿Cuáles son los cambios más sobresalientes?

En primer lugar, las figuras tributarias más representativas como el IRPF (Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas); el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido; el IRNR (Impuesto sobre la Renta de No Residentes); o el IS (Impuesto sobre las Sociedades), se han visto modificadas con relación al tratamiento que se le da a raíz del Brexit.

Por poner un ejemplo, para el tema comercial, el IVA trae consigo cambios como las AIB (Adquisiciones intracomunitarias) realizadas entre España y Reino Unido, que ahora serán tratadas como importaciones, debiendo liquidar el IVA y aranceles en la aduana cuando sea el caso.

Si la empresa decide realizar el pago de IVA diferido, deberá inscribirse al Régimen de devolución mensual y tendrá que enviar reportes sobre sus facturaciones mediante el Suministro Inmediato de Información (SII). Visibilizando así las implicaciones económicas de las recepciones realizadas por Reino Unido.

Otro problema que está teniendo un notable impacto, principalmente para la iniciativa privada, es el alza en los costos para exportar mercancías. Si bien el Brexit no denota la imposición de aranceles ni tarifas para el flujo comercia de bienes, requiere de controles fronterizos y algunos trámites que, aplicados en el quehacer y operatividad diaria de las empresas, representan costos adicionales que antes no existían.
Ahora bien, no solo hay implicaciones de corte económico, sino inversión de tiempo en atender los procesos burocráticos y administrativos. Para quienes reexportaban del Reino Unido, por ser este un país utilizado como centro de distribución, las tarifas sí aumentaron afectando mayoritariamente a los comercios minoristas. Ello ha desatado una búsqueda de diálogo con el gobierno británico que permita una búsqueda de opciones para contrarrestar estos efectos.

La industria de perecederos británica también está enfrentando el abandono a la UE, pues los tiempos para gestionar las exportaciones demoran más de lo usual, y esto interfiere negativamente, pues dicha industria estaba acostumbrada a realizar sus actividades dentro de tiempos límite más eficaces y ahora tienen que reestructurar sus procesos de exportación para apegarse a la nueva era post-Brexit.

Incluso recientemente se suscitó la anécdota de un camionero británico detenido en la frontera neerlandesa debido a que los alimentos que llevaba (sándwiches) contenían carne y lácteos no permitidos en Países Bajos, provocando así el asombro del ciudadano cuando los agentes le dijeron “bienvenido al Brexit”.

Es así como esta nueva era comienza a imbricarse en el ritmo económico, político, comercial e incluso individual que tenían los británicos y todo aquel que mantenía algún tipo de relación con ellos. Ciudadanos y empresarios siguen presionando para que el gobierno defina una estrategia económica que les permita subsanar los resultados que este nuevo escenario ha generado.

Los efectos mencionados recién inician, será sumamente interesante analizar el comportamiento en el futuro próximo, al menos durante el presente año, con el objetivo de conocer las acciones implementadas para contrarrestar el ambiente negativo que ha surgido. También será menester esperar cómo reaccionan otras naciones, en específico México, pues es sabido que últimamente la relación comercial se ha fortalecido, permitiendo así el mantenimiento de la bilateralidad a través de su acuerdo de continuidad para evitar restricciones entre ambos. Se espera que no sea este el único refuerzo al vínculo Reino Unido-México y sea solo el inicio de una negociación mucho más fructífera.

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